Su amigo/a, Enrique Romeu, le ha recomendado este artículo titulado '¿Qué ocurre en Catalunya, y en España?'.
Aquí tiene su comentario:
¿Qué opinas ?
¿Qué ocurre en Catalunya, y en España?
Publicado por Marta Tur el en Política Catalana, Política Española
Artículo publicado por Vicenç Navarro en
la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 20 de septiembre de 2012
Este artículo analiza las causas del
surgimiento del independentismo como movimiento de amplia base popular en
Catalunya, cuestionando muchas de las explicaciones que se han dado en los
mayores medios de difusión en España. El artículo señala que la Transición
inmodélica que ocurrió en España y la falta de reconocimiento de la
plurinacionalidad del Estado español ha sido la causa del gran retraso social
de España por un lado y del crecimiento del independentismo por el otro. Las
políticas del establishment español (basado en Madrid) están empeorando todavía
más la situación, que electoralmente favorece a las fuerzas conservadoras tanto
en Catalunya como en España.
Tengo gran respeto por el periodista Iñaki
Gabilondo y por su gran profesionalidad. Le considero uno de los mejores
periodistas de España. Ahora bien, discrepo de sus comentarios hechos el 17 de
septiembre a raíz de la manifestación independentista que tuvo lugar en
Barcelona el 11 de septiembre (el día nacional de Cataluña). Sus observaciones
indicaron (con todo el respeto que caracteriza siempre la exposición de sus
argumentos) que la nueva situación creada por el enorme tamaño de tal
manifestación exigía un posicionamiento claro del partido gobernante en
Cataluña, CiU, así como de otros partidos definidos hasta hoy como
nacionalistas o catalanistas, sobre su objetivos políticos para Cataluña,
criticando una cierta ambigüedad sobre tales objetivos por parte de dichas
formaciones políticas, ambigüedad notoria, según él, en los últimos años.
Puesto que esta exigencia de claridad es bastante generalizada en círculos
mediáticos, académicos y políticos españoles (y muy en particular madrileños)
me veo en la necesidad de responderle, no sin antes agradecerle que haya
definido la situación actual en la que se encuentran tales opciones políticas
como resultado de una ambivalencia. Otros de diferente talante que Gabilondo
han hablado, no tanto de ambigüedad, sino de manipulación, presentando tales
partidos como independentistas ocultos que han ido cambiando la presentación de
sus argumentos dependiendo del momento y periodo en el que se encontraban. La
famosa frase de que “los nacionalistas/catalanistas nunca estarán satisfechos,
se les dé lo que se les dé” recoge esta percepción de que los nacionalistas o
catalanistas siempre desean, en realidad, llegar a la independencia, y todo lo
demás es una mera estrategia de pasos en este sentido.
Este tipo de argumentos ignora, sin embargo, que
la gran mayoría de personas que están a favor de la independencia hoy en
Cataluña no lo estaba hace sólo unos años. Tengo muchísimos amigos aquí en
Cataluña que, no habiendo sentido nunca el deseo de tener un estado propio,
separándose de España, hoy así lo desean. Una de las mayores causas de que ello
ocurra no se encuentra en Cataluña sino en Madrid y en España. En contra de lo
que aducía un reciente artículo en El País (“La lucha final de la burguesía
catalana”, de José Luís Álvarez, 21.08.12), en el que se criticaba al
establishment español por haber estado demasiado pasivo frente a lo que el
autor definía casi como veleidades del nacionalismo o catalanismo, el enorme
crecimiento del independentismo se explica, en gran parte, por el
comportamiento del establishment español (centrado primordialmente en Madrid),
siendo su eje principal el aparato del Estado central y también los mayores
medios de información basados en lo que se llama la capital de España.
El rechazo a la plurinacionalidad de España
La falta de reconocimiento de tal
plurinacionalidad del Estado español existente en este establishment ha sido la
raíz del problema. Solo por un momento, durante la II República, pareció que se
abría una posibilidad, que desapareció completamente durante la dictadura fascista
que impuso un nacionalismo español (castellano) extremo que, basado en una
concepción jacobina del Estado español, ahogó y asfixió cualquier otra visión
de España. La Transición inmodélica (que se realizó en términos muy
desequilibrados entre unas derechas -herederas del franquismo- que controlaban
los aparatos del Estado y unas izquierdas –que lideraron las fuerzas
democráticas- que acababan de salir de la clandestinidad) permitió más espacios
a las fuerzas nacionalistas/catalanistas, pero sin reconocer la
plurinacionalidad de España. En realidad, el Estado de las autonomías (con el
“café para todos”) era una manera de negar tal plurinacionalidad. Referirse a
los acuerdos que tuvieron lugar entonces como fuente de las exigencias de que
se respeten aquellas reglas, sin tener en cuenta el enorme desequilibrio de
fuerzas que existía en aquel momento (como hacía Santos Juliá en su artículo
del pasado domingo en El País o como hace el Monarca en su carta abierta a los
españoles), es permitir que aquel desequilibrio se mantenga.
Este Estado de las autonomías abocará
inevitablemente a la disgregación y rotura de España, como algunos hemos ido
subrayando (ver mi libro Bienestar Insuficiente, Democracia Incompleta.
Sobre lo que no se habla en nuestro país). Si cada demanda de Cataluña se tiene
que traducir en diecisiete demandas iguales, España dejará de existir pues
España no puede ser la suma de diecisiete Cataluñas. España no aguanta la suma
de diecisiete naciones con historias, culturas e idiomas diferentes.
La falta de resolución de esta articulación
Cataluña-España en la España de las Autonomías hizo que surgiera la demanda de
un proyecto federal asimétrico que reconociera, dentro de España, la
especificidad de la nación catalana. Fue en esta vía que, junto con otras
alternativas, surgió el Estatuto de Cataluña que fue aprobado por el Parlamento
Catalán, por las Cortes Españolas y refrendado por la población catalana. Y a
pesar de ello, el Tribunal Constitucional, parte del aparato del Estado, vetó
precisamente algunos de los componentes más estimados por los movimientos que
habían generado la necesidad de establecer el Estatuto. Y la torpe respuesta
del gobierno Zapatero, definiendo tal veto como un elemento menor del Estatuto,
contribuyó a ampliar el enfado de grandes sectores de la población catalana.
Más y más personas en Cataluña comenzaron a pensar que con esta España no hay
nada que hacer. Algunos firmes seguidores del federalismo asimétrico
abandonaron este proyecto, bajo la constatación de que no había posibilidades
ni complicidades en España para desarrollarlo. Y se convirtieron en
independentistas.
La explosión del independentismo
Pero, ¿por qué ha alcanzado ahora el
independentismo el nivel que ha alcanzado? Y la respuesta es la crisis. Hoy, la
crisis está afectando muy dolorosamente el bienestar de la población. Y la gran
habilidad política de la coalición nacionalista gobernante en Cataluña, CiU, ha
consistido en atribuir tales dificultades al famoso “expolio español”. Según
este argumento, la aportación no voluntaria de Cataluña a España es equivalente
al 8% del PIB de Cataluña. La demanda de un pacto fiscal, con un sistema
semejante al concierto vasco, es una lógica respuesta a esta situación, en caso
de que el proyecto deseado fuera mantenerse en España. Tal Pacto Fiscal
implicaría un cambio en la gestión de los impuestos y su distribución. Exigiría
que fuera el Estado catalán (como parte del Estado español) el que recogiera
los impuestos y fuera el Estado catalán el que negociara con el Estado central
los fondos para el pago de los servicios comunes y el componente de solidaridad
que, por cierto, nadie cuestionaba (al menos hasta ahora).
Pero esta demanda se ve irrealizable en España,
gobernada por el establishment español basado en Madrid. Y el punto final de
esta frustración ha sido la victoria por gran mayoría del PP, el partido que se
opuso al Estatuto con mayor intensidad. Tal partido, heredero del franquismo,
muestra la mayor hostilidad a la especificidad catalana y al reconocimiento de
Catalunya como una nación. El último detalle, entre muchos otros, es que tal
gobierno no sancionó a un militar que hace unos días pedía, una vez más, la
invasión militar de Cataluña. El comportamiento del gobierno PP y de la
“caverna” que le rodea es el mayor fabricante de independentistas en Cataluña.
Los medios públicos de la Generalitat, tanto Cataluña Ràdio como TV3,
instrumentalizados abusivamente por el gobierno Mas (recordando los peores
momentos del pujolismo), constantemente identifican la ultraderecha, el PP, con
España, forzando una imagen falsa de que el PSOE y el PP son lo mismo. Autores
de la “caverna” aparecen o son citados mucho más frecuentemente en tales medios
que autores españoles de izquierda federalistas, o incluso políticos españoles
conocidos que apoyan el derecho de autodeterminación de Catalunya.
La paradójica situación en Catalunya
Resultado de esta situación, incluido el control
de la mayoría de medios en Catalunya por parte de las derechas nacionalistas,
nos encontramos con la situación casi única en Europa de que uno de los
gobiernos que ha ido imponiendo mayores medidas de austeridad a su población
(ninguna de ellas existentes en su programa electoral) goza de un amplio apoyo
electoral en Catalunya sin que la crisis y la puesta en marcha de tales
políticas hayan afectado su popularidad. La gran astucia política del partido
gobernante, CiU, ha sido presentar la necesidad de aplicar tales medidas como
consecuencia del “expolio” de Cataluña por parte de España. De ahí que haya
intentado canalizar, con la ayuda de sus medios, tal enfado hacia el
establishment español basado en Madrid, definiéndolo como España.
En este argumento se olvida que el déficit de
gasto público (incluyendo el gasto público social) de Cataluña es mayor que el
déficit fiscal (que existe y debe eliminarse). Y también se olvida que el País
Vasco, con un sistema fiscal semejante al que el gobierno CiU desea, tiene
también problemas graves, con una crisis profunda. En realidad, el gasto
público social por habitante en el País Vasco es mucho menor de lo que le
correspondería por el nivel de desarrollo económico que tiene, y ello como
resultado de haber estado gobernado por las derechas en la mayoría del periodo
democrático. Tener una Cataluña independiente no es garantía de que Cataluña
elimine su enorme déficit de gasto público social. En realidad, algunos de los
economistas más visibles en la esfera independentista (incluyendo el economista
“oficial” de TV3, que en sus llamadas “lecciones de economía” en tal medio
adoctrina a la población catalana con su dogma neoliberal) son ultraliberales
que eliminarían gran parte de los servicios públicos, como sanidad y educación,
acentuando todavía más el deterioro de los servicios públicos que ha ocurrido
bajo el mandato de CiU.
El expolio no es la única causa del déficit
social de Catalunya
En realidad, tal como he señalado en otro
artículo (“Expolio nacional o expolio social” Público 13.11.11) el gran déficit
social de Cataluña se ha acentuado todavía más como resultado de la alianza de
CiU con el PP (que fue el partido que se opuso más al Estatut) en las políticas
fiscales regresivas, en la reducción de los impuestos que gravan las rentas del
capital y rentas superiores, y en la privatización de servicios públicos,
además de otras políticas de clara orientación neoliberal. Y ambos, tanto CiU
como el PP, han hecho lo opuesto a lo que prometieron. Dijeron mil veces
durante la campaña electoral que no recortarían en los servicios públicos como
sanidad y educación, donde ha recortado más. Ambos están siguiendo políticas
para las cuales no hay ningún mandato popular. De ahí que la demanda de un
referéndum sobre si la ciudadanía aprueba tales políticas de austeridad sea tan
aplicable al gobierno PP como al gobierno CiU.
El Presidente Mas ha subrayado que, si el pueblo
catalán votara a favor de la independencia en un referéndum, las autoridades
públicas representativas españolas, por mera coherencia democrática, deberían
aceptarla y permitir su desarrollo. Pero la selectividad en la exigida coherencia
y su falta de credibilidad aparece claramente cuando el mismo Presidente hace
lo contrario de lo que el pueblo catalán votó, desmontando, como lo está
haciendo, el Estado del Bienestar catalán. En sanidad, por ejemplo, las
políticas que la Generalitat de Catalunya están polarizando todavía más la
sanidad en Catalunya, favoreciendo a la sanidad privada (que sirve
predominantemente a las rentas de mayores ingresos) a costa de la sanidad
pública (que sirve a las clases populares). Y todo ello bajo el liderazgo del
Conseller de Salut (que era el jefe de la patronal hospitalaria privada)
transformando un servicio universal en un servicio asistencial, justificando
tales políticas bajo el lema de que no hay otra alternativa, pues Madrid
(España) nos fuerza a hacerlo y así nos lo manda.
De la misma manera que el Presidente Rajoy está
desmantelando la España social bajo la excusa de que es lo que le exige
Bruselas, el gobierno Mas también señala que tiene que hacerlo porque así se lo
pide Madrid. En ambos casos estamos viendo la externalización de
responsabilidades. En España, Bruselas se presenta como el problema. En
Cataluña, Madrid es el problema. Y aunque en ambos casos hay un componente que
sí se corresponde a la realidad, es sólo un componente y no lo es todo pues, ni
antes de que hubiera el euro ni ahora con el euro, Bruselas y Madrid han sido
los mayores determinantes del subdesarrollo social de Cataluña y de España (ver
mi libro El Subdesarrollo Social de España. Causas y Consecuencias). Las
relaciones de poder de clase juegan el papel determinante tanto en Cataluña
como en España. La alianza de clases, entre las clases dominantes en España y
en Cataluña (terminología nunca utilizada en los medios por considerarla
interesadamente como anticuada), es la causa mayor del retraso social de ambas,
y los datos así lo muestran. Los países que tienen menor gasto social por
habitante son aquéllos donde las clases conservadoras han sido más dominantes
sobre los aparatos de sus Estados. Y así ocurre tanto en Cataluña como en
España, como lo muestra que en la gran mayoría de leyes y presupuestos de
austeridad que han afectado negativamente el bienestar de la población (tanto
en Catalunya como en España), el PP y CiU han votado juntos (tanto en el
Parlament de Catalunya como en las Cortes Españolas). Esto es lo que está
ocurriendo en Catalunya y en España, de lo que no se habla en los medios de
mayor difusión ni en Catalunya ni en España.
Sería un gran error que las izquierdas
permitieran que las derechas catalanas y españolas protagonizaran el desarrollo
de los hechos durante este periodo. Las izquierdas catalanas no pueden dejar
que el gobierno CiU lidere el proceso de defensa de Catalunya cuando sus
políticas públicas han estado dañando de una manera tan acentuada el bienestar
del pueblo catalán. Las manifestaciones identitarias y las sociales deben
confluir en una protesta generalizada hacia lo que está ocurriendo, no sólo en
España, sino también en Catalunya. Y la izquierda española necesita aceptar que
la Constitución, fruto de un desequilibrio en el momento de su aprobación, no
es un documento sagrado. Debe cambiarse favoreciendo que la plurinacionalidad
de España se refleje en que cada nación dentro de tal Estado pueda expresarse y
determinar su futuro.
Ver artículo en PDF
Artículo extraído de Vicenç Navarro - http://www.vnavarro.org
1 comentario:
Estoy de acuerdo contigo y necesito tu ayuda, firme contra esta injusticia que ocurren cada día en la administración de justicia catalana (por lo menos que yo conozca), dónde lo normal es quitarle a una madre su hija para dársela al padre y dónde si no eres catalán nunca llevas la razón. Lo mismo el padre es una persona que mezcla pastillas con alcohol, que no le dura el trabajo ni 1 mes y la madre tiene su carrera y tiene un futuro por delante, pero allí lo normal es investigar a la madre y no hacer nada con el padre, solamente darle toda la razón en los juicios y listo.
Esta es una historia real, y necesitamos firmas para que no perdure esta situacion hasta convertirse, tras el juicio definitivo, en una situacion permanente.
http://www.change.org/es/peticiones/juzgado-de-vic-justicia-para-mi-hija
Gracias.
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