13 febrero 2013

DEFENDAMOS NUESTROS DERECHOS



Una  mañana cuando nuestro nuevo profesor de "Introducción al Derecho" entró en la clase lo primero que hizo fue preguntarle el nombre a un alumno que estaba sentado en la primera fila:  
- ¿Cómo te llamas?
   Me llamo Juan, señor.

- ¡Vete de mi clase y no quiero que vuelvas nunca más! - gritó el desagradable   profesor.  
Juan estaba desconcertado.  Cuando reaccionó se levantó torpemente, recogió sus cosas y salió de la clase.  
Todos estábamos asustados e indignados pero nadie dijo nada.

- Está bien. ¡Ahora sí! ¿Para qué sirven las leyes?

.. Seguíamos asustados pero poco a poco comenzamos a responder a su pregunta:

"Para que haya un orden en nuestra sociedad"  
- "¡No!" contestaba el profesor 

"Para cumplirlas"
-"¡No!"  
"Para que la gente mala pague por sus actos" "
- ¡¡No!!  

- ¿Pero es que nadie sabrá responder esta pregunta?!"...

"Para que haya justicia", dijo tímidamente una chica.  
- "¡Por fin!  Eso es... para que haya justicia.

- Y ahora ¿para qué sirve la justicia?"

Todos empezábamos a estar molestos por esa actitud tan grosera.  Sin embargo, seguíamos respondiendo:
"Para salvaguardar los derechos humanos"
- "Bien, ¿qué más?", decía el profesor.

"Para  discriminar lo que está bien de lo que está mal"...
- Seguir...
"Para premiar a quien hace el bien."

- Ok, no está mal pero... respondan a esta pregunta ¿actué correctamente al expulsar de la clase a Juan?

... Todos nos quedamos callados, nadie respondía.  

- Quiero una respuesta decidida y unánime.

¡¡No!!- dijimos todos a la vez.

- ¿Podría decirse que cometí una injusticia?

¡Sí!

- ¿Por qué nadie hizo nada al respecto? 

- ¿Para qué queremos leyes y reglas si no disponemos de la valentía para llevarlas a la práctica? 

- Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando presencia una injusticia. Todos. ¡No vuelvan a quedarse callados nunca más! 

- Vete a buscar a Juan-  dijo mirándome fijamente.

Aquel día recibí la lección más práctica de mi clase de Derecho.

Cuando no defendemos nuestros derechos perdemos la dignidad y la dignidad no se negocia.
Enviado por mi primo Lolo y con lo que me solidarizo.  

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